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CONTAMINACION AUDITIVA 




El sonido colectivo de la voz humana es uno de los mayores problemas que originan ruido en las escuelas. El ruido de múltiples voces es significativamente más alto, que el de los objetos de trabajo; por ejemplo máquinas de escribir, instrumentos musicales, etc.Los alumnos de forma natural, hablan alto entre ellos tanto individual como en grupo. Los sonidos y los gritos llegan a exponer a alumnos y profesores a niveles peligrosos de ruido, alcanzando alrededor de 130 d. Cabe recordar, que los oídos humanos toleran un nivel de ruido entre 60 y 70 decibeles (dB), sin que esto cause algún daño auditivo. Sí la intensidad llegara a aumenta a más de 100 decibeles, la agresión auditiva resultará molesta e irritante; con el transcurso del tiempo, se convierte en un daño auditivo permanente.





Los profesores tratan de modular su voz, dependiendo del nivel de ruido que exista de fondo. El problema radica en que los alumnos y los profesores intentan hacerse oír al mismo tiempo, en lugar de mantener el ruido al mínimo y hablar por uno por uno. Cuando varios niños hablan a la vez, van elevando las voces para hacerse oír, empeorando enormemente las condiciones del aula. Es importante mencionar que el ruido que se genera en el salón de clases, se ve reflejado en el comportamiento de los niños.
El doctor Miguel D´Urzo, miembro de la Federación de Otorrinolaringología, Cirugía, Cabeza y Cuello, A.C. (FESORMEX), comenta al respecto: "En una clase escolar normal, la voz del profesor es de 20-30 dB sobre el nivel de ruido de fondo. Cuando el nivel de fondo es mayor a los 33dB, el nivel de la voz del profesor llega a ser de 50 ó hasta 60 dB. En cuanto más alto sea el ruido de fondo, más alto deberá hablar el profesor, y como consecuencia, hace que aumente el ruido de fondo. Ese es el verdadero problema de un salón de clases".
En los últimos años, se han realizado estudios para observar cuál es la media del nivel de ruido real que se generan dentro de las aulas. Por ejemplo, en Suecia se llevo a cabo un estudio durante tres días en tres aulas de la escuela Uppsala. Aquí se observó, que la media de nivel de ruido alcanzó cifras de 80 decibeles; nivel en que los empleados de una fábrica están obligados a utilizar protectores auditivos. Se enfatizó que los escolares deberían están expuesto a niveles de sonido entre 65 y 75 dB para evitar dañar su capacidad auditiva.
Gracias a este tipo de estudios, se han podido determinar ciertas mediciones de niveles medios de ruido de fondo que se generan en las escuelas, principalmente los salones de clases:

  • Una Clase normal con 17 alumnos, realizando un trabajo de grupo, genera un nivel de ruido de fondo entre 45 y 50 dB.
  • Un aula con 11 estudiantes poco disciplinados, trabajando en grupo, el nivel de ruido de fondo es de 60 y 65 dB.
  • Niños sacando piezas de lego de una caja, el nivel de ruido de fondo es alrededor de 103 dB.
  • Dos niños hablando de juguetes, medido a una distancia de 2 metros entre cada uno, hay un nivel de ruido de fondo alrededor de los 78 y 82 dB.
  • El timbre del pasillo, valor máximo medido desde una distancia de 2 metros, se origina un nivel de ruido de 115 dB.
  • Clase de música, siendo el ruido de fondo la música y con niños hablando, el nivel de ruido es de 138 y 148 dB.
  • Clase de cocina con alumnos hablando y cocinando, hay un nivel de 110 hasta 120 dB.
  • Clases de taller de madera con alumnos hablando y trabajando, sin herramientas eléctricas, logra un nivel de ruido entre 78 y 90 dB.Demasiado ruido en el colegio, agota la energía de los alumnos. Los niños se cansan, pierden la concentración, se estresan y tienen problemas para oír lo que se dice durante la clase. Algunos niños se van directamente a dormir después del colegio por agotamiento.
    Otros efectos que origina la exposición a un nivel de ruido alto durante largo tiempo, es el aumento de la presión sanguínea y la acumulación en el cuerpo de hormonas de estrés.
    Los médicos especialistas de otorrinolaringología de FESORMEX, señalan que existen varias alternativas viables para controlar el ruido en el salón de clases:
    1. Poner especial atención al cuidado de la audición de los niños durante las horas que se asisten a la escuela. 
    2. Los maestros deben enseñar a modular la voz a los niños, con el fin de evitar los gritos dentro de salón de clases. 
    3. Durante las horas de trabajo individual, se sugiere que los niños utilicen protectores auditivos; con el fin de evitar que escuchen el ruido ambiental que se genera en el resto de la escuela y aumentar la atención. 
    4. Acondicionar las aulas con materiales y muebles que amortigüen el ruido. 
    5. Se recomienda que todos los niños y niñas sean revisados por un especialista en otorrinolaringología, por lo menos una vez al año; permitiendo con ello, descubrir alguna anomalía en sucapacidad auditiva del menor y pueda ser atendido lo más pronto posible.
    Alejar a los niños de la contaminación ambiental y el ruido que se genera en el salón de clases, cumple con el fin de proteger uno de sus órganos más importantes y sensibles que son LOS OIDOS.
    Hoy puedes escuchar, pero sin cuidados y con el transcurso del tiempo, la calidad auditiva diminuirá y al mismo tiempo, aumentarán las posibilidades de entrar al mundo del silencio: LA SORDERA.

El RUIDO AFECTA A LOS MAESTROS



Los maestros que trabajan en escuelas donde existen salones de clase ruidosos, con frecuencia tienen que levantar su voz en respuesta a diferentes niveles de ruidos de fondo, entre los cuáles están; sistemas de enfriamiento o ventilación, mal aislamiento entre salones que permite entrada de ruidos, superficies lisas y duras que reflejan el ruido de los alumnos y fuentes externas de ruido como vehículos de motor, aviones, podadoras, etc. Todo esto obliga a los maestros a forzar su voz.
Los maestros hablan en promedio 6.3 hrs, durante una jornada escolar. (Siebert, 1999). En un estudio, el 80% de los maestros reportaron que habían experimentado fatiga vocal y más de 20% reportaron que los problemas de voz causaron incapacidades, desde uno a 7 días durante un año escolar. (Allen, 1995; Gotaas & Starr, 1993). Aunado a la preocupación sobre la salud de los maestros, el costo de contratar suplentes por incapacidades relacionadas con problemas de la voz es considerable.
Los maestros conforman el 20% de los pacientes de las clínicas de voz y muestran 5 veces más trastornos de voz que cualquier otro trabajo. (Titze, Lemke, & Montequin, 1996). Un estudio de más de 1000 maestros, mostró que casi 21%, padecían de un trastorno patológico de la voz. (Urrutikoetzea, Ispizua, & Matellanes, 1995). Los especialistas en medicina del trabajo están reconociendo cada vez más estos trastornos de la voz como problemas por riesgo de trabajo. Más del 4% de los maestros han considerado cambiar de trabajo debido a sus problemas de voz. La alta frecuencia de trastornos de la voz en los maestros (67%) comparado con otras profesiones (33%) independientemente de la edad, sugiere que los maestros están en un riesgo alto de abusar de sus cuerdas vocales. (Smith, Gray, Dove, Kirchner, & Heras, 1997).




El ruido afecta la enzeñanza y el aprendizaje




Los maestros no son los únicos afectados por el ruido. Existen estudios que han demostrado diferencias significativas tanto en desempeño como en comportamiento entre estudiantes que trabajan en condiciones de silencio y aquellos que trabajan en ambientes con ruido. Los niños típicamente tienen periodos cortos de atención y se distraen fácilmente lo que les hace tener dificultad para entender en lugares con ruido. La habilidad que permite al alumno poner atención a un sonido especifico como la voz del maestro, ignorando ruidos de fondo o sonidos distractores se denomina discriminación Figura-fondo. Esta habilidad, no madura hasta la edad de 12-13 años. (Crandell.1995). Los niños pequeños requieren que la voz sea considerablemente más intensa que el ruido ambiental para reconocer las palabras tan precisamente como los adultos. (Elliott, 1982). Por otra parte, la reverberación excesiva como los ecos, distorsiona las propiedades acústicas de las palabras ya que el ruido enmascara algunas consonantes. Más aun, los expertos han aceptado por más de 30 años que la intensidad de los sonidos ambientales o de fondo en un salón de clase típico es casi igual a la intensidad de la voz de la maestra. (Sanders, 1965).

Irónicamente, los salones con la mayor interferencia por ruido son los de los niños más pequeños y son éstos los que presentan mayor dificultad para entender en ambientes con ruido debido a que su sistema auditivo se encuentra en desarrollo. Para que éstos niños aprendan a leer, necesitan oír con precisión las pequeñas diferencias en los sonidos de las palabras, las cuales fácilmente pueden perderse en un mar de ruido. Esta tarea se complica aun más para alumnos con perdidas de audición inclusive las de grado mínimo o fluctuante.


El ruido afecta a poblaciones especiales



Aunque el ruido afecta a todos los maestros y estudiantes, el problema se intensifica para aquellos con problemas de audición. Las investigaciones sugieren que 30 a 40 por ciento de los alumnos de primaria básica, tienen grados mínimos de perdida auditiva permanente o fluctuante que pueden afectar negativamente la escucha y el aprendizaje. (Flexer. 1989; Ray, 1992). Estas mismas investigaciones encontraron que 72% de los estudiantes en educación especial tienen algún grado de déficit auditivo. A la luz de esta información no es sorpresa que muchos estudiantes identificados con trastornos de atención o aprendizaje tengan antecedentes significativos de pérdida de audición (Reichman & Healey, 1993).

Un estudio reveló que de los niños con características de niños con talento especial, pero que no tuvieron calificaciones dentro del rango de talentosos en pruebas de coeficiente intelectual, el 75% tenían antecedentes de pérdia de audición fluctuante (Silverman, Chitwood, & Waters, 1986). Aun la pérdida auditiva mínima o fluctuante puede tener un efecto negativo discreto en alumnos pequeños. En los lugares donde no se pone atención a los problemas de acústica en los salones, a menudo los alumnos con trastornos de audición requieren de programas de educación elaborados y costosos.






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